M. M., Roma
Profesor de Filosofía en Roma y fundador de MicroMega, una de las revistas de pensamiento de referencia en Europa, Paolo Flores d'Arcáis, de 63 años, afirma: "Soñamos con Zapatero, con un político coherente que cumpla lo que promete, pero nos conformamos con Veltroni".
Pregunta. ¿Por qué están los jóvenes desesperanzados?
Respuesta. No es una broma: muchos jóvenes italianos están huyendo a España. Conozco muchos, de 25 años, muy brillantes, que encuentran allí las oportunidades que aquí no hay. Antes iban a EE UU. La novedad es que ahora van a España.
P. ¿Tiene que ver con el deterioro de la política?
R. Estamos inmersos en una crisis gravísima, económica, social e institucional, y los políticos son los primeros responsables. El mérito ya no cuenta, sólo cuentan las relaciones, los conocidos, el enchufe. Es una frustración constante ver cómo trepan los mediocres.
P. ¿En todos los sectores?
R. En todos. La partitocracia ha hecho estragos incluso en la sanidad. No operan los mejores, operan los colocados. La izquierda no ha llegado al nivel obsceno de la derecha, pero no ha marcado un contraste.
P. ¿Mucha abstención?
R. Espero que no. Si Berlusconi gana, asistiremos a la putinizaciòn de Italia. Gobernará cinco años, cambiará la Constitución, pondrá a la justicia de su parte, y después se convertirá en presidente de la Repúbli ca, se dará más poderes, tendrá todos los medios a su disposición, los servicios secretos, la policía, los carabinieri. Destruirá la democracia parlamentaria para montar una democracia presidencialista. Italia será igual que la Rusia de Putin.P. Suena al programa de la logia P-2.
R. Es la culminación. Berlusconi es una amenaza muy seria para la democracia.
P. ¿Cree que Europa permitiría que hiciera todo eso?
R. Berlusconi ha sido admitido en el club de la derecha europea. Alemania y España, la CDU y el PP, abdicaron y lo acreditaron como un moderado, fingiendo no saber que es un populista con todos los medios a su favor.
P. Mucha gente considera que la izquierda italiana contemporiza demasiado.
R. También lo creo. Haría falta una izquierda mucho más laica, que defienda los derechos individuales. Veltroni ha tenido algún rasgo de valor, como colocar al científico Umberto Vero-nese, que defiende la eutanasia, como cabeza de lista en Lombardía, la tierra de Berlusconi. Pero en general aquí rige la pleitesía de los políticos a la jerarquía católica. Eso ha impedido reconocer los derechos de los homosexuales, de las parejas de hecho. Y es estúpido porque las encuestas revelan que los italianos, en cuestiones de política y de moral sexual, no reconocen ninguna autoridad.
